[Actividad 1] Objetos de la infancia

Al leer esta tarea rápidamente mi cabeza se trasladó a mi cama, donde dormía con mi oso amoroso verde (Mil veces lavado y remendado por mi madre) y un libro de la serie azul de Barco de Vapor que está descatalogadísimo: Peluso.

Aunque Peluso era un peluche dibujado en las páginas de un libro, hasta que no fui mayor no me di cuenta de que no era un peluche de verdad!!! Ahí descubrí el poder de los libros.

Y cuando salió la serie de los osos amorosos, en vez de encantarme, no me gustaba nada, porque el mundo de los osos amorosos diseñado por mi imaginación era infinitamente mejor que cualquier invención de un adulto poniendose en el lugar de lo que a los peques nos gustaría. Cuando crecí esto me convenció del poder la imaginación propia y el valor que tiene para una misma.

Era una niña rarita… ¿¿verdad?
Siempre me sentí así hasta que encontré a mi compañero de fatigas el verdadero Gear of My Childhood: el pilot lila (o morado)
En cuanto mis profes, que eran muy reticentes a que usasemos bolígrafos- descubrieron que mis cuadernos mejoraban si me dejaban escribir los enunciados en pilot rosa y las tareas en pilot lila, se convencieron de que quizá necesitaba expresar mi individualidad algo más que los demás. Los clolores aparecieron en mis cuadernosy las notas subieron de manera insospechada… me empezaron a dejar escribir garabatos en un papel mientras atendía en clase y …mágicamente atendía de verdad!!!
Al hacer los exámenes no recordaba las letras negras medio borradas y socias de grafito!!! Recordaba las palabras escritas en colores codificando descripciones, autores, obras…y como estaban organizadas visualmente en el cuaderno…

Antes del boli pilot lila mis profes del cole me decían una y otra vez que no iba a servir para nada, si acaso para dibujar monigotes por donde pasase. Pero mi orgullo y lo mal que me lo hicieron pasar esos profesores y profesoras me llevaron a esforzarme al máximo, en la escuela de artes,en el instituto, en la universidad, en los diferentes países donde cursé el posgrado y ahora, mi boli lila, me acompaña cuando les enseño a los futuros maestros la importancia de sus palabras, y de la cultura visual, plástica y artística para sus alumnos de infantil y primaria.

Final feliz:
Aunque mi fiel Peluso se perdió en alguna donación de libros o prestado, el que ahora es mi marido pasó tres años buscándolo de tienda de segunda mano, en tienda de segunda mano hasta que lo encontró y me lo regaló. Mi osito verde fue el primer peluche de mi bebé, que ahora tiene 10 años. Y aunque ya no juega con él, de momento ha pasado todas las renovaciones del cuarto en su habitación si haber sido “aun” nominado para viajar al mercado vecinal (que no va a ir al mercado vecinal!!! Que se irá a mi cuarto!!!)
Y tooooooda mi familia me roba los pilots lilas, así que vaya donde vaya, lea las notas de quien lea, siempre surge una sonrisa en mi.

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Pensaba en el objeto de infancia, que en su momento me permitió hacer amigos, compartir fantasías, idolatrar e imitar a jugadores, establecer estrategias, tener ganas de ganar, celebrar logros, asumir la derrota, apoyar a otros, entrenar para mejorar en lo colectivo e individual, liderar y tener objetivos comunes, donde hay que colaborar.

Que lo hace especial, las razones descritas, más un componente afectivo que se genera con los lazos, la validación y la experiencias; “querer jugar con tus amigos”.

En lo reflexivo y el aprendizaje particularmente, sin ser un profesional en este deporte, pienso que el fortalecimiento individual es importante, para rendir de mejor manera en lo colectivo, que es donde se generan las experiencias más gratificantes tanto en el éxito como en lo adverso. Como niño que fui, la pelota fue un estímulo para avanzar en tareas académicas rápido y salir al patio a jugar y muchas de esas tareas se realizan con quienes hacia equipo. Por lo que aprender tiene más fuerza cuando es una experiencia con otros.

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Hola, la verdad nunca había reflexionado sobre mi juguete de infancia favorito, y al pensar detenidamente creo que fueron los puzzles o rompecabezas.
Mi papá compraba unos muy grandes, de muchas piezas y los armábamos entre todos (éramos seis hermanos). Creo que fue mi significativo, porque me entregó, aparte de muy buenos recuerdos, la posibilidad de saber que todas las piezas son importantes, que nada sobra, y que todas las piezas constituyen un todo. Que las piezas cumplen una función que ninguna otra pieza puede ocupar y que trabajar en equipo enriquece y facilita los desafíos.
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Hola!

El armar figuras Lego ha sido lo que no he dejado de hacer desde mi infancia. Siempre me gustó armar y desarmar artefactos, saber su funcionamiento e intentar repararlos (muchas veces fue lo contrario y más de algún cortocircuito hice).

Con Lego, he podido hacer un ensayo y error sin tener que romper, y si no funciona, empiezo de nuevo.

Saludos!

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El “Espirógrafo” fue un kit de dibujo que me permitió experimentar con colores, formas y diseños de todo tipo. Me permitió comprender la combinación de colores y aprender cómo funcionaba a pesar de ser tan sencillo, pero capaz de crear formar simétricas a partir de un patrón que se repetía. Aún en la actualidad es un kit que me encanta seguir utilizando para dibujar y crear.

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Me encantó!

Recuerdo que mamá nos llevaba a su cama a dormir la siesta con mis dos hermano varones. Éramos muy pequeños y papá estaba de gira, trabajando en las provincias vecinas. Nos leía un día Mujercitas y otro día Hombrecitos, para que no peleáramos.
Me encantó Mujercitas…de Hombrecitos, no recuerdo!
De grande puse a mis dos perras Amy y Beth! Eran muy bonitas y al estilo (digamos) de dos de las protagonistas del libro.
Cariños!


Adoraba jugar a la profesora y alumna. Hablaba sola con mis “alumnos”. Era hija única. Aprendí el juego simbólico desde muy temprano. No tenía recursos para comprar latas de Faber Castell ni cartucheras grandes, pero me las ingeniaba para tener aunque sea los lápices de colores comunes. La foto es actual y narra esa pasión que llevo por el material “artístico”. Incluso, tengo un pizarrón en la cocina donde mis hijos dibujan y yo escribo el calendario de actividades de cada miembro de la familia. Además colecciono telas, retazos, pinceles, materiales para bordar y coser. Mis “leyes del aprendizaje” y mi “modelo mental” era la curiosidad, la investigación en los libros de la biblioteca de Florianópolis. A través de la lectura y luego de la producción colorida de esquemas/mind maps (porque nunca me interesó el dibujo) me sentía una constante aprendiz. Mi pasión eran las palabras y siguen siendo. Creo que esos objetos fueron mi “engranaje” para estudiar Comunicación Social, Profesorado, Orientación Vocacional y Psicoanálisis.

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Desde pequeña fui amante de los Yaquis , aquí en Cuba le llamamos así en otros países tienen otros nombres , bueno les cuento que un grupo de niñas y yo salíamos jugarlo , lo hacíamos rotativo para que cada una jugara y si una de ellas perdía , jugaba la otra , claro este juego se comenzaba a jugar del nivel más sencillo al más complejo y todas cuando llegamos a los tiquis 5 hasta el tiquis 10 siempre perdíamos y yo personalmente me fue entrenado hasta el punto que tomaba las riendas del juego y siempre ganaba , hoy en día siendo una adulta me di cuenta de cuantas habilidades y valores desarrolle con este juego , ahora uso las tecnologías para enseñar a mis niños de una forma creativa despertando en ellos la curiosidad y los deseos de continuar aprendiendo.
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Hola, en mi infancia no cabe duda que era el balon de futbol, o cualquier bola, siempre estabamos allí con mis hermanos listos para jugar y darle patadas a una bola, aunque haciamos trevesuras con ella rompiendo cosas pero en esa epoca se la pasaba muy bien, viendolo por otro lado jugar con una bola no es solo eso sino que desarrolla muchas cosas sensoricomotoras y que sin duda es una herramienta que continua en otras generaciones sin importar la edad.
golty

Desde pequeña siempre amé la magia de las letras. Tanto leer como escribir ocupaba mis horas. Es una pasión que aún hoy mantengo.

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¡Vuelo! Cada vez más alto, más alto… Vuela mi imaginación y mi ser.

Me impulso. Lo puedo usar cuando quiero. Más alto. No tanto.

Casi toco la copa del árbol con los pies. Mi cabeza se hunde entre las hojas.

El viento me acompaña. Acaricia mi rostro. Soy. Me permito ser.

¿Tocaré las nubes? Tal vez, siento que todo es posible.
hamacando

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Sin duda la radio hacía y hace volar mi imaginación hasta el día de hoy.

El juguete que marcó mi infancia fue las Barbies. Creo que jugué con ellas desde que tenía 5 años hasta los 11 aproximadamente. Me encantaba inventar historias, voces y conflictos de la vida real con ellas. Lo más especial fue que me permitió desarrollar mucho la imaginación. Reflexionando sobre esto, me di cuenta que no compartí mucho con pares mientras jugaba a las Barbies, ya que en mi infancia no me vi rodeada en el día a día de otros niños (hija única, no tenía primos, hermanos). Además, no me gustaba llevar las barbies al colegio, porque se podían dañar o se podían perder y debo decir que disfrutaba jugando sola con ellas. Lo más gracioso es que todo ocurría en mi mente, todas las voces e historias las pensaba, jamás las verbalicé en voz alta. Con las barbies aprendí muchas cosas, sobre todo a imaginar historias, pero también a complejizarlas. A medida que interactuaba más con otros o veía más televisión, fui capaz de llevar esas historias y mezclarlas con las propias para crear otras.

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Esta revista marcó mí vida y seguramente la de mucha gente maker en Argentina.

Un carro a control remoto desde muy pequeño fue la puerta a la curiosidad y el primer objeto en durar menos de lo que la use, por que quería saber como funcionaba

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El reproductor de video vhs fue uno de los objetos que más me llamó la atención, pero no por lo capacidad de reproducir las cintas, sino por cómo era por dentro. Me causaba mucha curiosidad todo el recorrido que hacía la cinta de video antes de salir la imagen. Creo que hasta ahora me sucede jejeje

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Este juego fue uno de los que acompañó en mi infancia y otro similar me sigue acompañando ahora, además de ser práctico de transportar siempre me gustaron los de este tipo y el desarmar cosas.

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Recuerdo este juego en mi infancia! Estaba en casa de unos amigos cercanos de mis padres, y cada vez que iba allí me podía tirar la tarde entera intentando resolverlo :joy:

(creo que nunca lo conseguí…)

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También rompí un coche teledirigido… :grimacing:

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